Author: Anfechen
•14:31
Hoy no disfrazaré mis palabras en un cuento, no ahorré ni siquiera un poco de sentimientos. Cada palabra es una negra lágrima que tiñe mi pálida mejilla. Cada linea es una marca de sal que me inunda la garganta.
No es sólo el reinante frío ni el día gris que combina con mi tristeza, son las ansias de recibir una noticia imposible. Es el infantil anhelo de que un hada madrina cambie todo lo malo por bueno, son mis siempre persistentes ganas de revivir a los muertos.
Muerto, esa palabra jamás debería definir a alguien que quiero.
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2 comentarios:

On 23 de mayo de 2010, 11:24 , El vago dijo...

Hace dos dias que vengo leyendo esta entrada sin saber que decir...
¿Que podría yo decirle al dolor?... "Tranquilo dolor, que el sufrimiento ya viene a acompañarte"?

En el fondo cualquier palabra ante una lágrima no es mas que una idiotez... ante la emoción no vale mas que la emocion... un abrazo, una mirada, nada mas podría entregar.

A veces quisiera que otros vieran a esa negra acompañante -la muerte- como logro yo verla, para mi y para quienes amo... ya camina junto a mi abuelo, mi tio, y pensar en ese caminar no me hace mas que sonreir...
Quisiera que lograras sonreir, sintiendo como yo, que el otro lado esta tan cerca como mi vecina, pero como dije, toda palabra ante una lágrima no es mas que una idiotez.

 
On 29 de mayo de 2010, 12:33 , Anfechen dijo...

Gracias!!
He pensado mucho en ti ahora que estoy dentro de una burbuja helada de tristeza. Me acuerdo de una conversación que tuvimos una vez a eso de las 4 pm bebiendo café cargado que era lo único que nos mantenía despiertos en la toma("redactábamos" una carta para alquien). Y hablamos de la muerte, y tu forma de ver todo me resultaba tan extraña como fascinante. Tan...deseable, de pronto anhelé poder sentir como tú. Y ahora que vuelvo a teñir todo de negro me pasa lo mismo. Me encantaría poder cambiar lo que siento, así como se puede transformar el modo de pensar respecto a algo.
Sé que no es algo que pase por mi voluntad, aún así agradezco tus palabras, me dan una esperanza. Sé que soy demasiado lógica muchas veces, incluso burda para pensar este tipo de cosas netamente espirituales. Pero eso no me impide acunar la esperanza de enfrentar la muerte de un modo más maduro y similar al tuyo.