Author: Anfechen
•20:21
No recuerdo haber experimentado una sensación semejante, no recuerdo haber sonreído sin parar sólo por haber leído una frase, no recuerdo haber estado expectante frente a unos puntos demasiado suspensivos bailando en la pantalla de mi computador...
No creo que mi memoria falle demasiado, no creo que justo el área del cerebro que se encarga de procesar las emociones esté empañada y no logre evocarme esta sensación...
Simplemente, no se le parece a nada...
La ansiedad de esperar una respuesta, la adrenalina que se apodera entre el temor de estar divagando o estar realmente frente al comienzo de algo más...
El temor a que ese contacto favorito de pronto deje de hablarte, o continúe hablándote por más tiempo, ahora entiendo de qué hablaban...
No recuerdo haberme sentido contenta con una respuesta, no recuerdo haber dudado antes de responder y del puro nerviosismo responder casi a atropeyadamente...
No recuerdo haber querido decir tanto y habérmelo guardado para después por temor a perder...
No recuerdo haber sentido una ansiedad tan saludable y genial antes...
No puedo definir exactamente lo que siento, sólo decir que es 100% positivo, que contiene claramente alegría, un poco de temor a lo desconocido, pero no el suficiente para retroceder, justo el que motiva a avanzar...
Sólo puedo decir que es algo nuevo que podría motivarme a escribir varias líneas, a escribir cuentos y muchas cosas más.

Anfechen

Author: Anfechen
•15:06
A veces en los ambientes que menos esperas te das cuenta de cosas increíbles que mejoran tu calidad de vida,
A veces en los días que solían no ser tus favoritos y en las situaciones que preferías evitar, entiendes que no hay nada más fuerte que las ganas de ser feliz.
A veces, te das cuenta que tu fragilidad puede ser precisamente lo que te hace más fuerte,
A veces acciones tan sencillas como ir a buscar verduras asadas en una parrilla pueden hacer que conozcas a esa persona que querrías que te acompañe si el mundo se enfrenta al apocalipsis zombie...

Y hay veces, como hoy, en que agradeces que el cielo esté nublado y no te lamentas porque no llueve o porque no sale el sol y esforzarse por pedir un día diferente no tiene sentido. Has decidido disfrutar un día nuevo agradeciendo cada detalle, agradeciendo cada extensión de nube e incluso la sensación térmica de grados bajo cero que te alerta y refresca la memoria.


Hoy amo cada segundo, cada nota de la canción que en estos momentos me hace sentir feliz,
Hoy me agrada mi compañía, y aunque esto parezca algo básico, a veces no se me da tan bien.

Mis sueños no fueron miel sobre hojuelas como hubiese querido, pero bastó despertar para notar de que incluso las pesadillas no son tan malas...La sensación de bienestar que experimentas al advertir que en realidad nada de aquello pasó es sencillamente reconfortante.

Hoy mi subconsciente no será capaz de espantarme, hoy sencillamente tengo de nuevo aquella sensación que me guió a crear este blog. Esa certeza de que "nada es totalmente malo, incluso un reloj descompuesto dará la hora correcta dos veces por día".
Sé que no puedo escoger muchas cosas en la vida, una de ellas es no tener pesadillas, pero puedo escoger el sentirme contenta de que sean sólo eso, pesadillas.
Puedo escoger no dejarme abrumar por los eventos desafortunados y luchar para cambiar lo que no me gusta, porque conservo las ganas de luchar, porque me alimento de ellas día a día y también noche a noche.
Porque si el camino se transforma en una pendiente, sé que voy a desear escalarlo con más ganas que antes...




Author: Anfechen
•15:16
Faltando apenas unos segundos para el despegue que me alejará de este extraño mundo, comienzo a redactar mi informe. No me preocupa entregarlo a tiempo, la distancia a años luz que nos queda por recorrer  para llegar a casa me permitirá acabarlo sin problemas, eso si mis cálculos no fallan, situación que hasta ahora no ha ocurrido jamás.
Todo en orden, ya es hora de iniciar el relato de mi experiencia como observador participante en este extraño planeta que por fin abandonaremos.
Decidimos denominarlo Hidroxigeno debido a su mayoritaria composición química, cada científico del equipo se dedicó a estudiar la gran diversidad de ecosistemas que podían coexistir en él. Quienes me conocen y saben de mi naturaleza compasiva y mi falta de asertividad entenderán que por costumbre me quedé a cargo de la especie menos interesante, siempre con mi obstinación por no generar conflicto decidí simplemente estudiar la que los demás no escogían. Y así pasaron mis primeras semanas de fatal aburrimiento.  Espero que mi relato no sea tan tedioso, al menos que no refleje el desinterés que todos teníamos por la que en un comienzo consideré subespecie.
Semana 1
Su fenotipo demuestra una fragilidad casi inaceptable para las condiciones climáticas a las que se enfrentan y cuesta mucho comprender como han logrado adaptarse con mecanismos tan paupérrimos de supervivencia, aun así tienen una esperanza de vida similar a la nuestra, aunque con pésima calidad de vida, lo que explicaría el creciente número de sucesos de autoeliminación que presenciamos  y los penosos intentos fallidos. (Si se me permite crueldad, algunos son tan lastimeros que me hacen dudar de que contengan lo que nosotros conocemos como cerebro).
Su complexión física demuestra variaciones ínfimas de acuerdo a su ubicación geográfica, pero en general se repite el patrón de fragilidad en relación al medio en que viven y una obstinación pueril por tratar de conservar sus vidas, ahondaré en los artefactos que son capaces de construir más adelante. [i]  Sus rostros son ovalados con colores que varían del crema al café oscuro en relación a la ubicación geográfica y la incidencia de luz solar.
Mueren por enfermedades fáciles de prevenir con nuestros avances y básicamente no saben alimentarse, escogen (aunque aún mantengo mis dudas sobre si tienen lo que conocemos como discernimiento) comida que sólo destruye sus organismos.  Este hallazgo me permitió anotar algo de interés y desde entonces las semanas fueron menos tediosas y al menos pude compartir algo digno de mención con el equipo.




[i] Recordar escribir sobre los artefactos.


Semana 2: Su alimentación

Mi especie, ya que a partir de esta semana tuve que admitir que no quedaban más para estudiar, resultó ser nada más ni nada menos que el mayor depredador conocido en Hidroxigeno. Me gustaría decir que lo averigüé en la segunda semana, pero la verdad es que no me convencí de esto hasta dos meses después de la investigación.
Mi especie a la que denominé L450, en efecto depredaba toda la cadena alimenticia, sin poseer  los atributos físicos para lograrlo elaboraba rudimentarias herramientas que le permitían depredar a especies de mayor tamaño y valor dentro del ecosistema.  Algo que me generó un profundo asco y me costó mucho volver a la rigurosidad que exige la ciencia. Es difícil no emitir juicios de valor ante tanto desequilibrio, más aún si consideraba que a ese nivel generaban incluso la extinción de ecosistemas completos, sólo para alimentarse de carroña, el sin sentido me pesaba y se hacía difícil no odiarles.

La interrogante de si tenían o no inteligencia quedó casi resuelta para fines de la segunda semana y trataré de explicarlo en términos simples, para que cualquier habitante de nuestro planeta pueda comprenderlo.

a)       Depredaban todas las especies que habitaban en Hidroxigeno, y las que no habían sido devoradas por sus burdos métodos (que en gran parte de los casos incluían mutilación y crueldades  casi indescriptibles) simplemente aún no habían sido descubierta por sus sentidos, o no habían logrado diseñar la herramienta capaz de destruirlas.
b)       En su básica forma de alimentarse que se basaba en una sola regla- comer todo lo que se cruce en tu camino a costa de cualquier método- los ubicaba en el primer lugar de depredadores totales. No obstante, parecían no notar que esto dañaba sus organismos y era lo que finalmente les generaba la muerte. Es cierto que algunos grupos intentaban hacer ciertas selecciones, no obstante aquellos que ocupaban cargos de jerarquía en su sociedad, se esforzaban por obligarles a alimentarse de elementos nocivos. Me aventuro a pensar que en un intento de controlar la población.
c)       La cantidad de años que podían vivir aún autodestruyéndose no es despreciable y lo peor de todo es que en la trayecto de su vida alcanzan a depredar bastantes especies y se reproducen de forma escandalosa.

Semana 8: La Plaga

Ya no es tiempo de usar términos mesurados, la especie L450 (a la que no quiero volver a llamar mi especie) es sencillamente una plaga, su grado de reproducción es elevado y sus posibilidades de sobrevida a pesar de la autodestrucción continua que se inflingen  (quizás por falta de inteligencia, quizás porque puede que exista un ser universal que los controle de algún modo divino y no les dotó de la capacidad de vivir más tiempo, para fortuna de ese planeta) es muy elevado para mi gusto. Pueden vivir más de 8 décadas destruyendo todo a su paso de forma alarmante.  
De forma superficial, una de mis teorías apunta a que sus altos líderes jerárquicos son conscientes de que son una plaga y por ende se esfuerzan en hacer que la mayoría de la población se alimente con veneno y muera lo más pronto posible. Hasta lo que he observado ahora, estos altos líderes pareciesen comprender un poco más el peligro que representan para el planeta.

Semana 10: Sin esperanza

No creo que los años de academia ni mi vida entera me prepararán para observar tanta porquería, ya no quiero hacerlo más, supongo que es mi castigo por no haber sido más asertivo. Si pudiera exigiría vacaciones, he tenido pesadillas en donde la especie L450 nos descubre y nos depreda como hace con todo lo que ve y respira. Pareciese ser que su única motivación y su modo de entenderse con el mundo es depredar sin ninguna excepción…
Esperen si hay una excepción, hasta ahora he visto que se asesinan entre sí de diferentes formas y con distintos grados de sofisticación, pero jamás he observado que se depreden entre sí.  Pero siendo honestos, quién querría engullir una sustancia compuesta de tantas especies juntas. Creo que en algún lugar de su composición debe haber racionalidad, al menos eso me gustaría pensar.

Ha hablado con mis compañeros de equipo y hasta ahora sospechamos que son los únicos que establecen relaciones de desequilibrio extremo con el medio ambiente en que habitan. Son máquinas de destrucción y autodestrucción masiva, quisiera no haber llegado nunca hasta lugar o haber peleado para estudiar el reino vegetal donde cada hallazgo maravilla, los mios…sencillamente aterran.

Semana 20: Bestias

Ya no me queda objetividad, he tratado en vano de encontrar algo de interés, alguna razón buena que justifique sus existencias y sólo encuentro contradicciones irreconciliables en el modo en que se conducen, pero ellos siguen ahí reproduciéndose diariamente, me pesa decir que lamentablemente nacen más de los que mueren día a día.
Son bestias, parásitos, virus, pero con un tamaño que aunque parece frágil les permite seguir adelante. Algunos de mis compañeros piensan que esta especie en algún modo podría ser la dominante. Yo trato de no pensar en eso y me esfuerzo en catalogarlos como subespecie a medida que avanza el trabajo. Me niego a atribuirles cualquier tipo de poder sobre este planeta.

Continuará…







Author: Anfechen
•20:22
Caminaba apurada, no porque tuviese algo mejor que hacer en mi día libre, sólo por la costumbre de estar apurada, y porque al parecer ya no sé caminar de otra manera.
Ingresé a la librería, lugar que jamás he entendido por qué tiene ese nombre, más de un 98% de los que ofrece corresponde a artículos de oficina, y el resto a textos escolares.
Mi objetivo era sólo uno, comprar Sic-fix (no me pagan por promocionarlo, pero es de esas marcas generalizadas que si las nombras todos imaginan la barra de adhesivo). Me tomó unos 10 minutos de espera que me atendieran, ¿De verdad tanta gente necesita artículos de oficina un día miércoles por la tarde? Todo parecía indicar que sí.
Nunca he sido buena para esperar que me atiendan, francamente no soy buena esperando...me genera ansiedad, no sé si los números de turno es mejor o peor para mi ansiedad...quizás mejor, al menos asegura que me verán. El caso es que ahí estaban esas muchas e incontables personas, todas más visibles que yo con mis escasos kilos y mi metro 66 que tampoco es gran cosa. Confiaba en que mi cara de desesperación compadeciera a los vendedores en algún momento. Hacerme visible de otro modo sencillamente no era opción. Saltar o gritar, definitivamente no.

Los minutos avanzaban y yo odiaba a los que estaban antes que yo, no obstante pude ver varias cosas curiosas. Sacapuntas extraños que en mis tiempos de escolar francamente no existían, temperas fluor, metalizadas y de cientos de variedades. Palabra, que no me extrañaría que existiesen temperas con sabor o algo así. Una goma que prometía borrar rápido, quién no la querría, eliminar tus errores antes de que vean que te equivocaste, si escribiera con grafito me la compraba. Me distraje observando más objetos, pero ya nada me llamaba poderosamente la atención, así que escribí un mensaje rápido a mi amigo Gonzalo, informando de mi aburrimiento. No me parecía justo sufrir sola y resistir la ansiedad si existía la oportunidad de que alguien más fuese partícipe de mi malestar. Mi amigo se burló y amenizó en parte la espera.
Finalmente desapareció la multitud y una de las vendedoras logró verme y preguntar qué quería. Seré honesta, quise decir; "Sólo quiero un méndigo stic-fix y odio cada minuto que he pasado en este lugar, odio el sistema que tienen en esta librería, y odio también la librería y...", pero no es de ciudadanos normales y equilibrados responder así. La corteza frontal de mi cerebro hizo su trabajo como siempre y me obligó a decir; "Un sitic-fix chiquitito y...una corchetera, por favor". Lo de la corchetera fue de improviso, considerando la espera de 10 min, mejor llevar todo lo necesario de ese lugar de una vez. Además, ¿Hay algo más universalmente necesario que una corchetera? De seguro habría papeles que corchetear en mi casa, bastas de pantalones que no cosería, pantalones descosidos de tus amigos en tu cumpleaños, añadió mi amigo Gonzalo desde su celular. En fin, la corchetera era necesaria, hasta me imagine lanzando corchetes a algún atacante...(obvien esa parte si les parece muy estúpida).

Caminamos hacia el pasillo de las corcheteras, de forma paralela. La vendedora sabía adonde iba, yo la seguía con pasos inseguros sin saber bien adonde llegaríamos y el mesón era una barrera entre las dos. Al fin llegó al lugar de las corcheteras y ¡Rayos! Ya no sólo hay un tamaño sino que tres o más. Pedí una mediana. Ni idea de si eso es bueno o malo, pero en general, lo bueno tiende al equilibrio, no veo razón para que eso no se aplique a las corcheteras. La muchacha me entregó un papel que era algo así como un cartel que decía "ríete de mí", mi papelito de humillación personal, porque tuve que ir con él hacia una gran fila para pagar. Y ¡Ahí estaban! las mismas personas que antes se aglomeraban frente al mesón, ahora alineados en fila india frente a la caja, en algún momento pensé que se habían esfumado... No sé si la fila los hacía peor o mejor, me arrepentí de no haber entablado conversación con alguno de ellos, para ser honestos, con todo el tiempo que llevábamos en aquel lugar podría hasta haberme aprendido los nombres de sus mascotas. Los reconocí por sus ropas, allí estaba la familia de lila (supongo que eran familiares, una señora adulta mayor, una adulta con edad para ser mamá de la adolescente rubia que estaba justo antes que yo. Todas usaban chalecos del mismo color, me pregunté si sería el color de moda). Yo iba vestida con uno de mis atuendos favoritos, falda gris, camisa listada también gris y chaleco negro y botas negras. Escala de grises, me gustaba imaginar que si alguien hubiese tomado una foto lo único de color en mi sería...¿Nada?

Muchos minutos más y al fin pude pagar, me entregaron 3 papeles más, de manera muy torpe le entregué todos los papeles a la vendedora para que me entregara mi compra. En serio, había varios problemas en el sistema de la librería, ni siquiera sabía cuál de esos papeles era mi boleta, cuál se entregaba, cuál era el papelito de humillación. Todos blancos con letras negras y de material suave y brillante. La chica seleccionó el papel me lo mostró, como si yo quisiera aprendérmelo y al fin me fui de ese lugar, caminando rápido, de nuevo.
Llegué hasta el auto, pagué el estacionamiento. Traté de no indignarme cuando el señor del parquímetro me hizo señas para salir, cual si yo no pudiese hacerlo sola. Escuché Warcry y todo el trayecto mejoró, porque el mundo puede caerse, pero si yo escucho Warcry, todo mejora de forma sustancial.
Al fin en casa, obviamente lo más interesante que compré fue la corchetera, así que la tomé pensando en cuántos usos podría tener y mi sorpresa fue enorme al detectar que no contenía corchetes. ¿Cómo es posible que vendan una corchetera sin corchetes? ¿De verdad este mundo capitalista está tan jodidamente mal? ¿Les cuesta mucho incluir unos 10 corchetes por corchetera? Y si la vendedora sabía que no traía los malditos corchetes, ¿Le costaba mucho contarme esa gran verdad? De acuerdo, ella estaba ocupada y quizás odiaba a todos los que estábamos ahí, incluso más de lo que yo puedo odiar a los fabricantes de corcheteras que no incluyen corchetes. La culpa no era de la vendedora, la culpa era del jodido sistema capitalista.
Y la lección que aprendí hoy no fue precisamente sobre comprar corchetes..."Sabes que el mundo es mezquino y egoísta cuando notas que los fabricantes de corcheteras no incluyen corchetes de prueba en sus productos". Y luego esperan que me comporte como ciudadana normal...

Y ese fue el relato de hoy, informó para uds.

Anfechen