Author: Anfechen
•20:07
El viento golpeaba con fuerza, me miré en el espejo una vez; mi rostro estaba expectante, las marcas lilas ya estaban con ese color amarillo verdoso que anunciaba que mi pálida piel tomaría su tono natural dentro de algunos días. Cepillé mi largo cabello, mis ojos ya no estaban grises, ahora un azul intenso brillaba de renovada alegría. Tomé una hoja de papel y escribí algo sencillo; adios, los amo, no había tiempo de explicar nada más, aun sabiendo que el teléfono no funcionaria quise intentarlo en vano. Luego tomé mis cosas, como era de esperar la puerta estaba cerrada con llave, escapé por la ventana. Una vez afuera me oculté de los odiosos vecinos y por fin llegué al teléfono. Su voz me llenó el corazón de emoción, prometió que nos iríamos en el primer tren, ella sólo tendría que decir que tenía una cita con alguien.
La lluvia azotaba en el pavimento, el cemento mojado amortiguaba mis pasos rápidos. Ahí estaba al fin la estación abarrotaba de gente, decidí tomar un café mientras la esperaba. Pasaron un par de minutos hasta que su figura se recortó entre el gentío uniforme. Sus pasos gráciles le hacían parecer un ángel, tan pequeña y fuerte al mismo tiempo, con sus ojos tiernos y enormes sonriéndome. No fueron necesarias las palabras, sólo bastaba mirarnos de ese modo para incomodar a la gente, pero no nos importó. Corrí a abrazarla y sentí el suave aroma de su piel. Prometimos nunca más ocultar aquel sentimiento tan puro, tan normal y aceptable como el de cualquier pareja. Sólo debíamos liberar nuestras culpas, respaldadas por la más insulso estigma social, y amarnos eternamente.
El tren abrió sus puertas, subimos felices, sabíamos que era sólo el comienzo de una nueva lucha por ser aceptadas, que en todas las ciudades del mundo habría personas como nuestros padres, e incluso peores. La ciudad se alejaba, lo árboles avanzaban en sentido contrario, ella sonrió con ansiedad, ese tren viajaba a la libertad. El tomar su mano me infundía de valor, ambas sabíamos que juntas lograríamos cualquier cosa.


FIN
Author: Anfechen
•13:21

Según la Biblia, Dios creó al hombre y a la mujer, en ese orden, sin embargo, nunca mencionó cómo es que debían gustarse. ¿Será que no se detuvo a pensar que una mujer podría enamorarse de Eva, un sujeto de Adán o de uno u otro indistintamente? Al parecer no, y ahí estaba yo en la encrucijada de mi vida, una mujer enamorada de la más preciosa de las creaciones. ¿Cómo explicar a todo el maldito mundo que no dependía de mi?, ¿Cómo decirle a mis padres que su bella hija no se casaría de blanco ni cruzaría por una roja alfombra hacia el altar de una enorme iglesia católica? Miles de preguntas revoloteaban por mi cerebro, mientras en a ratos su rostro se dibujaba en las nubes y me hacía pensar que podríamos con todo esto.

¿Por qué debía sentirme culpable de sentir lo más hermoso que puede experimentar un ser humano? ¿Por qué mis padres se oponían a que la viese y me encerraba en la habitación, cual si fuese un delito enamorarme? ¿Es que acaso el amor sólo era válido para las parejas heterosexuales? Al cerrar los ojos sólo podía ver su rostro sereno, sus sonrisas libres y hasta oía sus palabras de aliento.
Unas cuántas lágrimas me cubrieron el rostro, la desesperación me terminaría matando algún día, podían evitar que nos viéramos, podían prohibirme volver al colegio si querían o hasta cambiarnos de ciudad, pero jamás lograrían sacarla de mi mente, mucho menos que dejase de amarle con toda el alma. Es que era ella y sólo ella mi alma gemela, la única capaz de entenderme a cabalidad, amarme de forma completa sin hacer alarde de mi belleza.

Habían dejado la biblia en mi mesa de estudio, de seguro mi católica y fanática familia había hablado de mi problema con el cura de la parroquia. Para ellos era un castigo que su única hija pasara por esto, la idea era que entendiese que debía amar a un hombre, dado que yo era mujer. O mejor aún, hacerme monja para redimir mis pecados. Los que por el momento no entendía, claramente. Eran tantos mis argumentos y razones para odiar aquella construcción, aquella maldita religión capaz de volver insensibles a mis propios padres, si me discriminaban ellos que decían amarme, qué demonios podía esperar yo de la sociedad.
La última vez que expliqué aquello una gran bofetada me silenció mientras unas gotas de sangre ensuciaban el blanco cobertor de mi cama. Mi padre, aquel ser humano intachable que dictaba catequesis familiares no podía con una chica de 18 años que amaba a su mejor amiga. Me trató de desviada, fue entonces cuando agradecí a Dios por este don, yo no soportaría nunca más que un sujeto enorme pusiese una mano en mi rostro, no volvería a tolerar marcas lilas bajo mis pómulos, aquellas que me recordarían durante algunos días, la intolerancia y falta de control que podían experimentar algunos hombres.
Mi pequeña Eva, sólo podía llorar cada vez que veía las marcas de la intolerancia en mi rostro, deseaba poder hacer algo más por mi, juró que nunca más tendría que pasar por esto y comenzó a visitarme menos…Se sentía culpable de cada una de las heridas, culpable incluso de amarme y observarme con ternura.
Tomé esa Biblia en un arranque de ira y con las velas que del altar ante el que supuestamente debía estar orando, comencé a quemar las hojas que arrancaba, en un intento de liberarme de aquel estigma…Entonces Dios creó al hombre, luego de una costilla a la mujer…quizás por eso se sentían con el derecho de discriminarnos, en esas páginas se fundamentaba el machismo y la homofobia. En ese histórico libro plagado de metáforas propensas a cientos de explicaciones confusas y retorcidas. Las páginas ardían ante el altar y una ola de valentía me invadía. Me concentré en llamar a Eva, hoy me escaparía de casa para siempre, nos iríamos a vivir lejos, no importaba si era en una choza de un apartado bosque o bajo un puente, junto a ella sería tan hermoso como el paraíso. Abrí la ventana, afuera llovía, debía encontrar el modo de bajar sin hacerme mucho daño. Luego correría a una caseta telefónica y la llamaría, nos encontraríamos en alguna cafetería y podríamos huir. Al menos ella no estaba confinada en su casa, sus padres se limitaban a alejarla de mí y presentarle muchachos que solían representar algo así como un buen partido. Tomé todas mis joyas y dinero guardado, una mochila con ropa y planee mi huída. Agradecí que mis padres nunca tuviesen tiempo para mí, ni siquiera para hacer de carceleros, de seguro a esta hora andarían pregonando cosas en la iglesia.
Continuará
Author: Anfechen
•18:27

Me encontraba en medio de una alameda iluminada por amables focos negros, el viento me despeinaba y enfriaba el cuello simultáneamente, ya había caminado un par de kilometros con mi mochila al hombro y todo indicaba que la voz de Chris Martin no bastaba para hacerme sentir acompañada. De pronto había terminado Shiver, y una nueva canción estruendosa de esas que atraen a los perros callejeros a seguirme indignados por el brutal sonido amplificado 300 veces a sus oídos mega desarrollados, comenzó de pronto. Ahora Victor García, entonaba "Contra el Viento" y mis pasos acrecentaban velocidad. Fue entonces cuando noté que aunque oír música es uno de mis placeres, soy un ser eminentemente gregario, me sentí totalmente sola y comprendí que un mp3 plagado de artistas no es capaz de darme la mitad de alegría que una conversación con algún ser humano. Para ese momento, sólo deseaba pensar en algo diferente a mi soledad...
Quizas es la mala costumbre de hablar hasta por los codos, o simplemente que cada vez que pienso detenidamente y sola, las conclusiones resultan curiosamente abrumadoras, o cargadas de la tristeza que tanto me gusta ocultar tras una aparente y despreocupada sonrisa. O tal vez sea porque es inevitable estar sola con mi cerebro sin querer crear un cuento...Un cuento con un poco de mi, repartido en varios personajes. De pronto asesino mi inocencia y fe en seres superiores en una Onírica Felicidad, para luego luchar por mis sueños en el Cuarto Deseo.
Un poco de todo, un poco de nada. Hoy sólo me queda decir que me encantaría ser protagonista de uno de mis cuentos, sabiendo que puedo crearme una trama aburrida y feliz sin más sobresaltos que la aparición de un rojo elefante con alas surcando el espacio...