Author: Anfechen
•18:20
Las nubes grises se arremolinan sobre mi cabeza y un par gotas de lluvia me recuerdan que aún queda invierno, unas cuántas cuadras más allá el aroma de las flores señala que pronto llegará la primavera. La confusa primavera que siempre me hace volver, el temible invierno que siempre nos alejó.
La confusión ya no invade mi alma, las lágrimas no me recorren las mejillas, la ansiedad no es capaz de generarme temblores y ninguna canción me arranca sollozos. Las películas empalagosamente románticas no me causan náuseas.
He superado la incomodidad de la anhedonia, del cero absoluto y me acerco más rápido de lo esperado hacia el uno.

Se arremolinan también en mi cabeza cientos de pensamientos y en mi alma, si es que existe, una cantidad abrumadora de emociones. Nunca pensé que llegaría, pero tal parece que no escapé a la norma y llegó le momento en que ni siquiera mi cerebro pudo librarse de la inevitable y funcional mielinización; ese instante en que maduré y entendí que no éramos diferentes al resto, ni nuestra historia era el idilio perfecto. Dejé de insistir en lo imposible...El momento en que el cariño que queda es el suficiente para que nos dejemos libres y desearnos lo mejor a sabiendas de que esa palabra no es capaz de calificar a ninguno de los dos.




|
This entry was posted on 18:20 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: