Author: Anfechen
•18:19
Esperando que un rayo de inspiración me visite noto que el viento ha perdido un cuarto de energía, mientras las temperaturas aumentan y el calor me sofoca.
Circundantes balas atraviesan los cuerpos anestesiados por el letargo rutinario y es que vivir en el sistema nos demuestrra que inactivos desaparecen los sueños al aparecer frente a ellos ese sucio dinero, el que derrite los mundos y hierve los instintos, nada distinto...
Ostentosos esbirros que vestidos de seda nos enseñan a callar al unísono y a desaparecer como el ozono en los cielos.
Aerosoles e infiernos se hacen parte esencial de este juego, destruir sin parar. Aguantar que unos cuantos se rian a carcajadas y mientras tanto...¿Qué queda a los que no nos resignamos? Un calor espantoso y lluvias veraniegas.
Un sin fin de nefastos acontecimientos, eso es todo lo nos queda. Es curioso pero destrucción me evoca inmediatamente un puñado de barras y estrellas. Es que ahora temo ir a comprar cabritas y en lugar de ello encontrar pop corns. Disculpen hermanos mios, he olvidado que ese era justamente el precio de la globalización.
Queramoslo o no, odiemoslo o no, somos parte de este sietema, somos motores de contaminación, una plaga de entes pensantes productores de combustión.
Pues la ambición no permite dicernir esta situación. Un mundo que al unirse acelera e incrementa sus mecanismos de destrucción. Y por si fuera poco todo esto planificado y exhibido por la televisión. Linda fábrica de zombies y soldados secos, se encuentran en campos arados, irrigados con lágrimas de campesinos exporpiados por las lumas del E$tado. Esa grotezca abstracción que hace posible toda forma de dominación.
Esto es algo que escribimos con el sr. Tokkers una tarde de verano, un trozo de cada uno. Ahí adivinen a qué personaje corresponde cada párrafo...jajaja
This entry was posted on 18:19 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: