Faltando apenas unos segundos para el despegue que me
alejará de este extraño mundo, comienzo a redactar mi informe. No me preocupa
entregarlo a tiempo, la distancia a años luz que nos queda por recorrer para llegar a casa me permitirá acabarlo sin
problemas, eso si mis cálculos no fallan, situación que hasta ahora no ha
ocurrido jamás.
Todo en orden, ya es hora de iniciar el relato de mi
experiencia como observador participante en este extraño planeta que por fin
abandonaremos.
Decidimos denominarlo Hidroxigeno debido a su mayoritaria
composición química, cada científico del equipo se dedicó a estudiar la gran
diversidad de ecosistemas que podían coexistir en él. Quienes me conocen y
saben de mi naturaleza compasiva y mi falta de asertividad entenderán que por
costumbre me quedé a cargo de la especie menos interesante, siempre con mi obstinación
por no generar conflicto decidí simplemente estudiar la que los demás no
escogían. Y así pasaron mis primeras semanas de fatal aburrimiento. Espero que mi relato no sea tan tedioso, al
menos que no refleje el desinterés que todos teníamos por la que en un comienzo
consideré subespecie.
Semana 1
Su fenotipo demuestra una fragilidad casi inaceptable para
las condiciones climáticas a las que se enfrentan y cuesta mucho comprender
como han logrado adaptarse con mecanismos tan paupérrimos de supervivencia, aun
así tienen una esperanza de vida similar a la nuestra, aunque con pésima
calidad de vida, lo que explicaría el creciente número de sucesos de
autoeliminación que presenciamos y los
penosos intentos fallidos. (Si se me permite crueldad, algunos son tan
lastimeros que me hacen dudar de que contengan lo que nosotros conocemos como
cerebro).
Su complexión física demuestra variaciones ínfimas de
acuerdo a su ubicación geográfica, pero en general se repite el patrón de
fragilidad en relación al medio en que viven y una obstinación pueril por
tratar de conservar sus vidas, ahondaré en los artefactos que son capaces de
construir más adelante. [i] Sus rostros son ovalados con colores que
varían del crema al café oscuro en relación a la ubicación geográfica y la
incidencia de luz solar.
Mueren por enfermedades fáciles de prevenir con nuestros
avances y básicamente no saben alimentarse, escogen (aunque aún mantengo mis
dudas sobre si tienen lo que conocemos como discernimiento) comida que sólo
destruye sus organismos. Este hallazgo
me permitió anotar algo de interés y desde entonces las semanas fueron menos
tediosas y al menos pude compartir algo digno de mención con el equipo.
[i] Recordar
escribir sobre los artefactos.
Semana 2: Su
alimentación
Mi especie, ya que a partir de esta semana tuve que
admitir que no quedaban más para estudiar, resultó ser nada más ni nada menos
que el mayor depredador conocido en Hidroxigeno. Me gustaría decir que lo
averigüé en la segunda semana, pero la verdad es que no me convencí de esto
hasta dos meses después de la investigación.
Mi especie a la que denominé L450, en efecto depredaba
toda la cadena alimenticia, sin poseer
los atributos físicos para lograrlo elaboraba rudimentarias herramientas
que le permitían depredar a especies de mayor tamaño y valor dentro del
ecosistema. Algo que me generó un
profundo asco y me costó mucho volver a la rigurosidad que exige la ciencia. Es
difícil no emitir juicios de valor ante tanto desequilibrio, más aún si
consideraba que a ese nivel generaban incluso la extinción de ecosistemas
completos, sólo para alimentarse de carroña, el sin sentido me pesaba y se
hacía difícil no odiarles.
La interrogante de si tenían o no inteligencia quedó
casi resuelta para fines de la segunda semana y trataré de explicarlo en
términos simples, para que cualquier habitante de nuestro planeta pueda
comprenderlo.
a) Depredaban
todas las especies que habitaban en Hidroxigeno, y las que no habían sido
devoradas por sus burdos métodos (que en gran parte de los casos incluían
mutilación y crueldades casi indescriptibles)
simplemente aún no habían sido descubierta por sus sentidos, o no habían
logrado diseñar la herramienta capaz de destruirlas.
b) En
su básica forma de alimentarse que se basaba en una sola regla- comer todo lo
que se cruce en tu camino a costa de cualquier método- los ubicaba en el primer
lugar de depredadores totales. No obstante, parecían no notar que esto dañaba
sus organismos y era lo que finalmente les generaba la muerte. Es cierto que
algunos grupos intentaban hacer ciertas selecciones, no obstante aquellos que
ocupaban cargos de jerarquía en su sociedad, se esforzaban por obligarles a
alimentarse de elementos nocivos. Me aventuro a pensar que en un intento de
controlar la población.
c) La
cantidad de años que podían vivir aún autodestruyéndose no es despreciable y lo
peor de todo es que en la trayecto de su vida alcanzan a depredar bastantes
especies y se reproducen de forma escandalosa.
Semana 8: La
Plaga
Ya no es tiempo de usar términos mesurados, la especie
L450 (a la que no quiero volver a llamar mi especie) es sencillamente una
plaga, su grado de reproducción es elevado y sus posibilidades de sobrevida a pesar
de la autodestrucción continua que se inflingen
(quizás por falta de inteligencia, quizás porque puede que exista un ser
universal que los controle de algún modo divino y no les dotó de la capacidad
de vivir más tiempo, para fortuna de ese planeta) es muy elevado para mi gusto.
Pueden vivir más de 8 décadas destruyendo todo a su paso de forma alarmante.
De forma superficial, una de mis teorías apunta a que
sus altos líderes jerárquicos son conscientes de que son una plaga y por ende
se esfuerzan en hacer que la mayoría de la población se alimente con veneno y
muera lo más pronto posible. Hasta lo que he observado ahora, estos altos
líderes pareciesen comprender un poco más el peligro que representan para el
planeta.
Semana 10: Sin
esperanza
No creo que los años de academia ni mi vida entera me
prepararán para observar tanta porquería, ya no quiero hacerlo más, supongo que
es mi castigo por no haber sido más asertivo. Si pudiera exigiría vacaciones,
he tenido pesadillas en donde la especie L450 nos descubre y nos depreda como
hace con todo lo que ve y respira. Pareciese ser que su única motivación y su
modo de entenderse con el mundo es depredar sin ninguna excepción…
Esperen si hay una excepción, hasta ahora he visto que
se asesinan entre sí de diferentes formas y con distintos grados de
sofisticación, pero jamás he observado que se depreden entre sí. Pero siendo honestos, quién querría engullir
una sustancia compuesta de tantas especies juntas. Creo que en algún lugar de
su composición debe haber racionalidad, al menos eso me gustaría pensar.
Ha hablado con mis compañeros de equipo y hasta ahora
sospechamos que son los únicos que establecen relaciones de desequilibrio
extremo con el medio ambiente en que habitan. Son máquinas de destrucción y
autodestrucción masiva, quisiera no haber llegado nunca hasta lugar o haber
peleado para estudiar el reino vegetal donde cada hallazgo maravilla, los
mios…sencillamente aterran.
Semana 20:
Bestias
Ya no me queda objetividad, he tratado en vano de
encontrar algo de interés, alguna razón buena que justifique sus existencias y
sólo encuentro contradicciones irreconciliables en el modo en que se conducen,
pero ellos siguen ahí reproduciéndose diariamente, me pesa decir que
lamentablemente nacen más de los que mueren día a día.
Son bestias, parásitos, virus, pero con un tamaño que
aunque parece frágil les permite seguir adelante. Algunos de mis compañeros
piensan que esta especie en algún modo podría ser la dominante. Yo trato de no
pensar en eso y me esfuerzo en catalogarlos como subespecie a medida que avanza
el trabajo. Me niego a atribuirles cualquier tipo de poder sobre este planeta.
Continuará…
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